Toda estimulación hecha de manera correcta y por la persona deseada puede ser excitante, por supuesto, es primordial que el juego cuente con el libre consentimiento de ambas partes. Para experimentar una caricia a través del látigo, te presentamos algunas recomendaciones:
- Antes que nada hay que tener un látigo, los hay de varios tamaños y materiales, unos muy suaves y otros más rígidos, elige algo suave para iniciar si es tu primera vez.
- El segundo punto es platicar con tu pareja y elegir quien llevara el rol dominante y quien sera el dominado.
- Mas allí? de la intensidad de los golpes (con lo que debes tener extremo cuidado), lo importante es el escenario. Trata de que ?este sea armónico con lo que deseas representar: iluminación, música, atuendo de lencera y sobre todo privacidad.
- Antes de iniciar, decidan si quieren ser atados o sólo usar el látigo como preámbulo a la relación. Si decides atar a tu pareja te recomendamos ataduras suaves con cuerdas especiales para Bondage, lo puedes hacer atando a tu pareja boca abajo sobre la cama. Si tu objetivo es proporcionarle latigazos sobre la espalda coloca una almohada sobre su cabeza, si quieres que sea en las nalgas deposita la almohada debajo de ?estas para que el area está? más expuesta.
- Precalentamiento. Con el mango del látigo recorre el cuerpo de tu pareja. Empieza por la nuca, baja por la espalda, roza sus nalgas y genitales y termina en sus pies. Esto le provocara una gran excitación. Puedes hacerlo varias veces y alternar con caricias y besos, puedes utilizar también un hielo o chocolate líquido para el cuerpo.
- Inicia suavemente. Realiza pequeños roces con el látigo, golpes muy sutiles, primero realiza esta acción a lo largo de su cuerpo, de manera lenta, pero sobre todo delicada como si fuera un masaje. Comienza en las pantorrillas y ve subiendo metódica y rítmicamente. Sin embargo, evita las areas más riesgosas, como los riñones y la parte de atrás de las rodillas.
- Episodios de descanso. Cuando alcances el nivel deseado, haz una pausa para acariciar, con las manos y con el látigo, las zonas sexuales de tu compañero. Después de unos minutos recomienza la sesión de golpes de nuevo, recuerda estar siempre pendiente de su comodidad y preguntar si lo está? disfrutando, debes parar en cualquier momento que te lo pida.
- Dolor convenido. Recuerda que el umbral de dolor del castigado subirá a medida que su cuerpo produzca endorfinas y adrenalina. Siga hasta alcazar el nivel convenido.
- Final. Desátalo, o si lo prefiere, déjalo en esa pose y hazle el amor.
Como en toda práctica sadomasoquista o en cualquier experiencia sexual, lo más importante es que siempre exista el respeto y acuerdo entre ambos miembros de la pareja, recuerda parar si el o ella te lo pide o ya no desea continuar. Puedes agregar nuevas sensaciones mojando el látigo, agregando aceite para masaje para el cuerpo, velas comestibles, vendas para los ojos, etc.